Cuando lo miras, puedes ver que hay pilares dispuestos uno al lado del otro, que están conectados por un arco en la parte superior. Sin embargo, no puede ver dónde terminan. Por tanto, se puede considerar que aquí tenemos un túnel sin fin, y por tanto muy sutil, porque toda la decoración es blanca. Solo los contornos de los pilares se destacan un poco del resto. De esta forma ampliaremos un poco la habitación. El túnel blanco como la nieve parece sacado de una película sobre aristócratas. Las bóvedas altas sugieren que estamos en un lujoso palacio, y la luz distante puede provenir del brillante patio donde se reúne la familia real. Estas son solo conjeturas, pero el hecho innegable es que un fotomural con un túnel blanco te permite respirar plenamente y sentirte en un pequeño apartamento como en una espaciosa y elegante habitación palaciega.