La consecuencia de dejar el realismo atrás y crear más obras no figurativas que estimulaban la imaginación ha sido la creación de corrientes aun más modernas que rompían estereotipos. Creados de acuerdo con sus directivas, los modernos cuadros abstractos aparecen no solo en las galerías serias, sino también en las paredes de nuestras casas y oficinas.
Seguramente a cada fan de las decoraciones atípicas le gustaría – aunque no lo admita – poseer una verdadera obra de arte. Para cumplir este sueño lo mejor es adquirir una reproducción. Lo que pasa es que las reproducciones pequeñas de tales cuadros como ‘Los Girasoles’ de Van Gogh o ‘Mona Lisa’ del divino Leonardo, torcidas y metidas en marcos de un cuadro para el salón no son una manifestación del amor al arte culto, sino a una chabacanería que vacila entre el kitsch aceptable y el bodrio no controlado. La manera mucho más segura – y sin dudas – mucho más decorativa para traer el arte de pintura a casa son los cuadros abstractos.
No presentan la naturaleza de un modo obvio, dejan el naturalismo atrás, parecen ser – por lo menos a primera vista – una composición casual de líneas y manchas. Blancos y negros, multicolores, creados por un artista, generados por las máquinas digitales – los cuadros abstractos son bien organizados, bien pensados, su composición tiene un objetivo y expresa una idea profunda, por eso es tan fascinante, atrae la vista y se queda en la memoria.
Los cuadros abstractos afectan con fuerza nuestra percepción, despiertan la imaginación. Y además – subrayan el diseño del interior, creando en él un ambiente particular. Recomendamos nuestros lienzos modernos a todos los aficionados a los accesorios inusuales e invitamos a ver nuestra única galería de inspiraciones. Garantizamos que los diseños presentados en nuestro catálogo quedarán bien tanto en un salón clásico, un estudio conceptual, como en un dormitorio muy moderno.