Una enorme cabeza de caballo en carrera, con una melena suelta y hermosos colores es al mismo tiempo una vista que alimentará los sentidos de todo esteta y mucha expresión en uno. Colores atmosféricos, desde el blanco, pasando por el caramelo, pasando por el dorado y el marrón, y aún así se puede ver la dinámica. Los gráficos son tan expresivos e intensos que merece la pena elegir superficies monocromáticas y tenues y un equipamiento bastante sencillo junto a ellas. Este caballo es una decoración a la que le gusta reinar. Si utiliza una iluminación puntual especial, la versión nocturna del gráfico le encantará todos los días. Definitivamente es una decoración para interiores grandes.